No por mucho repetirlo va a convertir una mentira en verdad.
Le ha dado por decirlo cada vez que abre la boca, especialmente si hay extranjeros delante: «one of Europe´s oldest nations» escribió en el conocidísimo diario The Malta Independent; «una vieja nación de Europa con su propia identidad«, repitió en la cena del MWC.
La explicación histórica de por qué los catalanes somos «una vieja nación» la da el mismo Mas en su artículo publicado en el Jutarnji List de Croacia: «hace 12 siglos Carlomagno nos estableció como la marca al sur de su imperio«.
A Mas hay que recordarle -seguramente ya lo sabe- varios hechos: que en esa «marca» no estaban incluidas las actuales Lérida o Tarragona; que no era una unidad territorial, política o administrativa sino una mera referencia geográfica; que la denominación Cataluña ni siquiera existía y que…esa marca era conocida ya en el año 830 como la Marca Hispánica. Por Hispania, claro.
Incluso historiadores nacionalistas como Ferran Soldevila o Ramon d´Abadal lo reconocen. Otro historiador, Flocel Sabaté, se queja de que en las escuelas se inculque a los niños que esta Marca Hispánica fue el origen de Cataluña:
…»vivim actualment una curiosa obstinació ideològica que reviscola aquesta noció de Marca Hispànica, i la divulga a través dels llibres adreçats a la formació d’estudiants de primària i secundària, tornant-se a assumir també les formulacions precedents, per a poder justificar que els inicis de la formació de Catalunya a finals del segle IX són equiparables a l’aparició d’altres entitats territorials a Europa. D’aquesta manera es pretén ignorar que, historiogràficament, la qüestió fou aclarida, en sentit ben diferent, ja fa prop de mig segle [..]» (Sabaté i Curull, Flocel. «Frontera peninsular e identidad (siglos IX-XII)». Las Cinco Villas aragonesas en la Europa de los siglos XII y XIII: de la frontera natural a las fronteras políticas y socioeconómicas (foralidad y municipalidad), 2007, pp. 47-94).
Eso es el nacionalismo: mentiras, quejas, victimismo, una actitud descendente y amargada ante la vida.
Prou mentides, president.
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Puede que la clave del asunto sea dejar de pensar en naciones y nacionalidades… Da igual cuál sea la más antigua, la más importante o la más culta… La nación es una ficción colectiva, una comunidad imaginaria… Puestos a imaginar, ¿por qué no tomar una ficción menos sangrienta y excluyente?
Y eso va por Cataluña, por España y por toda nación sobre la faz de la tierra…
¿Qué tal confederaciones de municipios regidos por democracia directa? Algo como la Hélade Griega pero con las correspondientes actualizaciones, especialmente en lo que a igualdad humana se refiere (sufragio universal, abolición de la esclavitud, economía cooperativa…).
Ahí lo dejo…
LAs naciones mas antiguas de españa fueron la asturiana y la navarra, los grandes pilares de lo que ahora es españa. Sin ambos reinos que en ciertos momentos lucharon juntos contra los musulmanes no existira la entidad que conocemos ahora, porque sin ellos ni castilla ni aragon habrian aparecido. Es una pena que en el sistema educativo español dependiendo de la comunidad autonoma se le den mas importancia a unos que a otros, cuando creo que todo deberiamos conocer bien la historia de navarra y la de asturias ya que sin ellos no existiriamos. Sin embargo a los reyes de navarra se les da la consideracion de reyes de españa como bien atestiguan las estatuas del palacio real de madrid un saludo
Cabe decir que en el mapa que de la imagen, aparece como Jaca lo que en realidad es el primigenio Condado de Aragón, que con el tiempo llegaría a ser, junto con los condados de Sobrarbe y Ribagorza, el Reino de Aragón. Como un intento más de ocultar a Aragón y negar la realidad. Decir que soy aragonés, y que también sufrimos, aunque en menor medida, todo esto. Con todo, es de justicia decir que siento un gran cariño por un territorio que como Cataluña, no es sino hermano. Gran labor la que hacéis desde esta web. Muchas gracias.
El profesor Ramon d´Abadal aún siendo «nacionalista», consideraba a Cataluña como un este español y parte de España.
EL NACIONALISTA PIENSA
que es el Adán primigenio
que ilumina con su genio
la culminaciín intensa
de su historia más inmensa.
Desprecia antiguos blasones
que honraron sus ascendientes,
plagia símbolos hirientes
y acaba con los ratones
royéndole los talones.
Acostumbrados como estamos en Aragón a la deformación permanente de una historia común por parte de nuestros vecinos, no sorprende en absoluto la reivindicación de unos orígenes milenarios como fundamento de legitimidad del disparate independentista. Sorprendería, en todo caso, que el pasado que reivindican fuese cierto.
Los hechos pasados son claros y están documentados en documentos del Archivo de la Corona de Aragón que se custodia en Barcelona. El 11 de Agosto de 1137 el rey de Aragón Ramiro II, firmaba las capitulaciones matrimoniales para la boda de su única hija Petronila con el Conde de Barcelona Ramón Berenguer IV. Según acordado, el conde aporta sus condados a la casa de Aragón, renuncia a su estirpe, y se prohija. Ramiro será “rey, señor y padre” en su reino y en todos los condados. Ramón es a partir de ese momento el usufructuario de la casa, y como tal, titular de su gobernación adoptando el título de príncipe de Aragón. Sus sucesores recibirán de la madre la dignidad real.
¿Dónde está el pueblo?. Simplemente no había tal pueblo. Era un mundo de “amos” dueños de animales, personas y cosas al mismo nivel de dominio. En ese contexto, invocar la existencia de un pueblo titular de una soberanía para intentar legitimar un referéndum en el siglo XXI, no es sino una deshonestidad intelectual.
¿Dónde está Cataluña ?. Desde luego no en la mente de aquellos condes pues no existía. El conde de Barcelona actuó en todo momento movido por su exclusivo interés personal, llegando a aportar su patrimonio a otra casa y a renunciar a su propia estirpe, sin ningún tipo de reservas, con el objeto de conseguir la dignidad real para sus sucesores.
El cambio fue inmediato, y los notables de los condados se atuvieron escrupulosamente a lo pactado por el conde de Barcelona. El nacimiento del heredero en 1157, no tiene lugar en Barcelona, sino en el único lugar digno para que una reina alumbre al futuro rey; en Huesca, la ciudad real por excelencia. Y allí van acompañando a la reina, los arzobispos, obispos, nobles y burgueses de los territorios condales. A más abundar, En 1162 Ramón fallece de improvisto en la vecindad de Turín dejando sus últimas voluntades de forma oral. La obligada adveración y protocolización del testamento del conde no se hace en Barcelona, sino de nuevo en Huesca, adonde otra vez se traslada toda la comitiva de personalidades de los condados.
La subordinación a lo aragonés no queda en mero protocolo, lo que ya es, sino que llega a lo personal. El testamento habla de “su hijo mayor Ramón”, es decir con el mismo nombre del padre. Pero cuando en 1164 la reina viuda renuncia a sus derechos, lo hace con toda firmeza a favor de “mi querido hijo Alfonso que en el testamento de mi marido te llama Ramón”. A la hora de reinar el nombre propio de la saga condal desaparece, y deja paso al aragonés Alfonso en memoria del rey batallador. En todos estos importantes y solemnes protocolos de cancillería, la ciudad condal y lo barcelonés fueron irrelevantes ante la nueva realidad aragonesa
En cuanto a Cataluña como entidad política o social, simplemente no existía ni el nombre. El corónimo Castilla surge en el año 800, Aragón en 828 y Navarra en 1087, designando en cada caso un reducido núcleo que se fue extendiendo progresivamente. El caso de Cataluña es mucho más tardío. La primera mención en documento oficial ocurre en el testamento del rey Alfonso II en 1194, refiriéndose al marquesado de Tortosa y al de Lérida. Cincuenta años más tarde con Jaime I, el corónimo designa ya una extensión geográfica parecida a la actual, pero la identificación de sus gentes con los reyes de Aragón fue tal que en todos los hechos épicos que protagonizaron se consideraron como aragoneses.
Como vemos, las fabulaciones milenarias nada tienen que ver con la documentación histórica. Utilizarlas para justificar un arrebato independentista solo indica, como suele ser habitual, carencia de argumentos y exceso de sentimiento. Un sentimiento exaltado que lleva a la contradicción de reclamar un pasado milenario y a la vez rechazar al Conde de Barcelona ; el único vínculo de unión con ese pasado.
La denominación Catalunya sale por primera vez documentada en el «Liber maiolichinus gestis pisanorum» escrito en latín, datado en 1120, que narra la primeriza conquista de Mallorca a cargo de Berenguer III. «Cathalania», «Dux Cathalanensis», y «Heros cathalanicus» son referidos en dicho poema. Dando por sentado la posibilidad de existir como entidad territorial años antes.
O sea, que antes que Catalunya existía la Marca Hispànica. Y lo de «posibilidad de existir como entidad territoiral años antes» es fabuloso, llibreter. Y el Mas va diciendo que somos una vieja nación, cuando resulta que lo primero que fuimos fue españoles. Tremendu, tú, tremenduuuuu
Una nación tan antigua que cuando el Pilos fue investido conde hacia casi veinte años que el primer rey de Navarra había fallecido.
Sr.Mas, hagase un favor y a todos los que somos catalanes y espanoles, Marche al Canigó que serà feliz . No podrà cobrar comisiones, però estarà en la terra de sus antepasados.