Era en 1996. Y se lo decía a Pujol, quejoso de que la financiación no le permitía construir su «estat».
A La Vanguardia no le parecía bien que Jordi Pujol reclamara una financiación similar al concierto vasco. Aznar acababa de aprobar el nuevo sistema de financiación autonómica. La Vanguardia pensaba que la exigencia de Pujol «no le hacía ningún favor al Gobierno», pues agudizaría «la sensación de inestabilidad del sistema de financiación autonómica». Y recomendaba al President que escuchase las «sabias palabras» de Xavier Trias, su consejero de Presidencia, referidas a algunas propuestas del gobierno de Aznar: «sólo crean incertidumbre y desasosiego».
Era el 10 de octubre de 1996. 12 años después, durante la mayor crisis económica del último medio siglo, bajo amenaza de suspensión de pagos nacional, con la prima de riesgo en zona de intervención extranjera, cuando más se necesitaba la solidaridad y la unidad de la nación para salir adelante, a La Vanguardia sí le pareció oportuno que el Front Nacionalista exigiera una nueva financiación y aumentara así la inestabilidad, la incertidumbre y el desasosiego del sistema.
Qué poca nobleza. ¿No le da vergüenza, señor Conde?
La Vanguardia siempre ha sido un claro ejemplo de medio de comunicación adscrito al poder político de turno: lo practicó fielmente en la monarquía, el franquismo, post-franquismo/transición, y ahora nazi_onalismo. Con la crisis económica general y de la prensa escrita en particular, unos milloncejos de euros en subscripciones y dádivas varias no van pero que nada mal.
Jajaja, doncs si el pacte fiscal generava incertesa, què deu estar generant tot el circ estelat de TV3, CatRadio, Ara, les cartes-SPAM de Mas, les declaracions del llunàtic de l’Homs («Europa estaria acabada sense Catalunya»), les del «visionari» Junqueras (parar l’economia una setmana) ?
I La Vanguardia inclosa, evidentment!