Mentre hi hagi catalans com aquests els llazis no aconseguiran imposar-nos el seu projecte totalitari.
El nacionalismo lazi usa la vieja táctica que, por ejemplo, tanto nazis como abertzales, empleaban sistemáticamente: copar el espacio público con sus símbolos para aparentar una unanimidad social en apoyo a sus ideas y de este modo desalentar a quienes no queremos vivir en la reichpubliqueta bananera de Catadisney.
Pero no contaban con que encara hi ha catalans valents que s’hi juguen el físic per alliberar l’espai públic de propaganda llazi totalitària.
Como los vecinos que acaban de intervenir en el mural de una escuela de Pals. Nos lo explican desde Somatemps y nos llena de alegría y orgullo.
El mural rezaba: “L´escola serà sempre nostra” ¿De quién? ¿de los supremacistas?
Y explican: «Algunos catalanes encuadrados en las Brigadas quitalazos, debieron pensar (y con razón) que la escuela no es de un grupo supremacista, sino que es de todos y está pagada por todos. Esto sí que es escuela “inclusiva”.
Així sí: l’escola de tots i sense imposicions llazis.
Dolça i valenta Catalunya…
Categories: Resistiendo
Gracias, Ñegu, pero no creo que sea frecuente que un loco consiga un número de móvil y ataque.
Por otro lado, sin el catalanismo no habría ocurrido.
Abrazos.
Aún nadie me ha dicho nada de radioteletaxi 😥😥😥
Ánimo Vicente, suele ocurrir ! En cualquier caso el estar en su lista negra considéralo como todo un honor. A mi me honra y me enorgullece que esos dementes me insulten, me demuestra que a pesar de todo sigo siendo persona.
Una prueba más de que la democracia en la Cataluña actual es ciencia ficción, como dijo el gran Miquel Giménez.
Genial el cambio…
Los deseos a veces se cumplen, si cuentan con suficiente mayoría. Vinieron los sarracenos / y nos molieron a palos / porque Dios ayuda a los malos / cuando son más que los buenos.
Por otra parte, un tipo que a menudo no se toma la medicación que le manda el psiquiatra le cogió el móvil a su madre, entre cuyos contactos estoy yo (ya le he dicho que me borre), y le facilitó mi número a un catalanista que se conoce que tampoco se toma la medicación. El sujeto irrumpió sin más en mi WhatsApp insultándome y ahora me persigue en las redes sociales. Supongo que en algún momento le tendrán que aplicar un plan de choque en el psiquiátrico y se calmará.
Es que así los lazis quedan bien retratados.