El nivel de la voz de su amo.

El diario Ara es un periódico subvencionado pels Pepets i Maries que apenas tira uns 10.000 exemplars diaris (no sabem quants en ven). El chiringo se lanzó en 2010 para cumplir el Programa 2000 de nacionalistización de Cataluña, y lo preside el rentista Fernando Rodés, hijo de un poseedor de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, concedida por el rey Juan Carlos de la malvada Aspanya.

Como dicen en Vozpópuli, la cabecera «pese a las partidas millonarias de publicidad institucional que ha recibido durante estos años, (…) ha cerrado en pérdidas todos los ejercicios desde su fundación (…) En estos años de agitación política en esta comunidad autónoma, la editora de esta cabecera –Edició de Premsa Periòdica Ara S.L.- ha declarado un déficit total de 18,7 millones de euros». Los accionistas de esta ruina son fanáticos nacionalistas millonarios: Víctor Font, Toni Soler (enriquecido con TV3%).

De què viu l’Ara? De la Generalitat; és a dir, de nosaltres. Según Vozpópuli, en 2021 el panfleto lazi ingresó publicidad institucional por «416.370€ para su edición impresa y 1.547.172€ para la digital». Y eso sin contar subvens por la cara (solo en 2022 recibió 525.000€), suscripciones institucionales y regalitos varios que pagamos todos. Para entendernos: un grupo de millonarios monta un periódico que pagamos todos para difundir la ideología divisiva de unos pocos.

Bé, doncs en aquest diari völkischer hi escriu n’Antoni Bassas Onieva (sisplau, faci’s una prova d’ADN al catalanitzador de cognoms), periodista orgánico del Règim. Su carrera es la típica del llepasubvens nacionalista: Catalunya Ràdio, TV3 (donde le pagábamos millones de euros) y finalmente el Ara. Lo último que ha publicado allí dice así a propósito de la desaparición de Ciudadanos:

«No ens lliurarem del seu estil polític, ara encarnat en les altres dretes i ultradretes nacionalistes espanyoles (valgui la redundància) (…) En realitat, allà on hi deia Ciutadans, volien dir espanyols, que per a un tipus de nacionalista que es considera llegit és el mateix, perquè la resta és tribu irrecuperable per a la modernitat«

Curioso. De pasar a sentirse «com els negres d’Alabama«, acusar a los obispos «espanyols» de «posar barreres a la convivència» y ser «propagandistes de la discòrdia», y llamar «soberanía nacional» a los abucheos al himno nacional (recorda el «Minut d’Odi» d’Orwell?), a separar a catalanes de «espanyols», estos últimos siempre odiosos.

I és que al final a tot nacionalista li surt el hitleninito, levantando más el brazo cuanto más charnacionalista.

Pero no le hagamos mucho caso. Recuerde que este era el visionario que anunciaba que con laindependència Barcelona sería “la ciudad completa, definitiva”, la nueva Silicon Valley, y que «la siguiente mutación del hipster podría empezar en Barcelona en lugar de Williamsburg». Tan solo 3 años después se fugaron de Cataluña más de 6.000 empresas, gracias a las ideas que este fanático escupía por los micros. Però ell rai, que cobra de nosaltres.

Lo que ha començat a Barcelona és la decadència de Catalunya, impulsada per aquesta colla nacionalolla que es forra mentre ens ensorra.

Dolça i fanatitzada Catalunya…

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