Touché: se cae de la red el «catalanitzador de cognoms»

Parece que Dolça Catalunya ha tenido algo que ver.

catalanitzador cognoms

Lo convertimos en referente para todos los dolços. Era un delatador de las ideas racistas latentes en el nacionalismo catalán, endosadas por el propio Francesc Macià, refrendadas por los nazis y el mismísimo Pompeu Fabra, que salieron a la luz a principios del siglo XX y hoy la mayoría escondía por inconvenientes.

Los ultras de Intransigents de Catalunya tuvieron la simpática idea de aconsejar a los catalanes de apellidos malsonantes para el nacionalismo que se los cambiaran. Para ello crearon un catalanitzador de cognoms, que nadie conocía hasta que Dolça Catalunya divulgó su existencia.

Hoy parece que el mítico catalanitzador de cognoms y la página entera de los Intransigents están fuera de servicio. Quizás no paguen (i què feu amb les subvencions, amics?). Pero de fuente fiable nos llega que han recibido «recomendaciones» de descolgar su web, demasiado explícita para muchos.

Una lástima. Nos encantaba el catalanitzador de cognoms. Torneu, intransigents, torneu per molts anys!

DC Navidad



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31 comentarios

  1. Estos nacionalistas y sus tonterías me dan una mezcla entre risa y pena, aunque parezca contradictorio.

  2. Pues yo nunca he visitado ese «catalanizador», pero me intriga como podrían «traducir» apellidos como Rodriguez, Pérez, Nuñez, etc, que si no estoy equivocado significan «hijo de» (Rodrigo, Pero/Pedro, Nuño) por el sufijo «ez».

    Si los transformaban en «Rodrigues, Peres, Nuñes», lo único que conseguían era dar carta de validez a un error ortográfico catalán derivado del seseo. Algo así como escribir «para», «mara» cuando esa es la pronunciación de «pare» y «mare».

  3. Noé, en Portugal también se usan los dos apellidos, aunque allí primero va el de la madre y el del padre es segundo.

    • Buenos días José:

      Gracias por la precisión que añades porque es muy importante. Olvidé mencionar igualmente que Portugal comparte el criterio hispánico de «dos apellidos» para la filiación. Una cuestión que no es gratuíta.

      En realidad la generalización de los «dos apellidos» es una tradición reciente, no más allá del siglo XIX. Sin embargo responde a una cuestión singularmente hispánica, porque aquí la mujer en mayor o menor grado siempre ha transmitido derechos de sucesión.

      La filiación en Roma que es hoy la referencia legal para todo el mundo, incluídos los países árabes, era en exclusiva por vía viril (praenomen, nomen, cognomen y tribu recibidos siempre por vía masculina). Esta patrilinealidad del mundo romano es la que se ha impuesto de forma universal.

      En otros países europeos siguiendo la tradición latina siempre ha prevalecido el pariente varón. Incluso en Inglaterra los títulos nobiliarios sólo se trasmiten por línea masculina y en Francia por ejemplo no ha existido jamás una reina, porque las mujeres no podían heredar la Corona.

      En ese sentido España y Portugal han sido excepciones muy singulares. Sin desestimar la tradición patrilineal latina que también hemos recibido, hay una latente tradición hispánica muy arcaica, sin duda prerromana, que concedía derechos de igualdad a la mujer por ejemplo en caso de herencias.

      Por esa razón en Portugal también se usan dos apellidos como en España. También es cierto que en el caso portugués se antepone el materno, sin embargo se trasmite a los hijos el paterno (es decir el segundo).

      Hoy en España se puede elegir el orden de los apellidos, como sucedía en época medieval y moderna (en realidad hasta el Código civil de fines del XIX hubo de todo) aunque entonces era aún más complicado porque cada uno de los hijos podía recibir apellidos diferentes de sus ancestros masculinos o femeninos, con respecto a sus otros hermanos. La cuestión era perpetuar las familias asociadas a las herencias, lo cual en realidad es un lío, desde el punto de vista de la eficacia administrativa respecto al individuo.

      Ejemplo de esta tradición en Cataluña, es históricamente conocido el caso de Luis de Requesens, mentor y lugarteniente de D. Juan de Austria en la Batalla de Lepanto. Este dignatario por las capitulaciones matrimoniales recibió en primer lugar el apellido materno de su madre la barcelonesa Dª. Estefanía de Requesens, siendo su padre el madrileño D. Juan de Zúñiga y Avellaneda.

      Un atento saludo.

    • Muy interesante la información de Noe.
      Un saludo

  4. Le dihjo que la «y» le provenía de sus padres, y que con la «y» se moriría.

  5. Una amiga tiene entre sus dos apellidos «y», y una profesora le dijo que «sería conveniente, para integrarse, cambiárselo por `i'» y, por supuesto, muy diplomáticamente la llamó fascista.

  6. Para quien quiera conocer o recordar en qué consistía esa funesta web, puede seguir consultándola en el archivo de Internet WaybackMachine:

    https://web.archive.org/web/20141217170642/http://intransigents.cat/

    Y más concretamente, la página con el catalanizador de apellidos:

    https://web.archive.org/web/20121115170648/http://intransigents.cat/?page_id=857

  7. Que yo sepa la conjunción entre los apellidos se utilizaba antiguamente en toda España. Lo que pasa es que se ha dejado de usar (a mi realmente me suena anticuado), pero en Cataluña se ha mantenido la costumbre (quien sabe si sólo por marcar diferencias como en tantas cosas…)

  8. También es ridículo eso que hacen algunos de poner la «i» entre dos apellidos totalmente españoles, vamos, que cuando veo un «Rodríguez i García» me da la risa tonta.

    • Si no estic equivocat, en castellà no ha estat infreqüent fer servir la conjunció “y” entre els dos cognoms. Espero que alguna persona coneixedora d’aquesta pràctica castellana i catalana ens pugui aclarir si existeixen algunes diferències fonamentals entre les dues llengües respecte aquest costum. Penso que aquesta informació és d’interès per conèixer una mica més sobre què ens fa similars i què ens diferencia, encara que crec que els catalans i els pobles de la resta d’Espanya som més assemblats que no pas diferents.

      (Si no estoy equivocado, en castellano no ha sido infrecuente utilizar la conjunción “y” entre los dos apellidos. Espero que alguna persona conocedora de esta práctica castellana y catalana nos pueda aclarar si existen algunas diferencias fundamentales entre ambas lenguas respecto a esta costumbre. Creo que esta información es de interés para conocer un poco más sobre qué nos hace similares y qué nos diferencia, aunque supongo que los catalanes y los pueblos del resto de España somos más semejantes que diferentes)

    • Gracias Fendetestas por la información. Se aprende mucho de esta web y de sus comentarios.

    • Buenas noches:

      La utilización de la “y” o la “i” entre apellidos españoles es una costumbre antigua, sin duda de origen aristocrático, pero la generalización a toda la población española de los dos apellidos paterno y materno unidos por el nexo copulativo “y” o “i” se produjo en época muy reciente por cuestiones de eficacia administrativa y de unificación de criterios. Desde luego se aplicaba en toda España.

      Hace dos años el 24/12/2012 en el apartado Botiflers del blog Mites i mentides, en el cual me honro en participar como también hago en Dolça Cataluña o Catalibanes, aclaré este aspecto a un lector.

      Por tanto esta vez me autoplagio para contestar a la misma cuestión. El nacionalismo catalán siempre tan puntilloso para buscar rasgos diferenciales desde fines del siglo XIX adoptó esta costumbre legal española como un rasgo identiario propio, pues aunque oficialmente todo el mundo aparecía inscrito en los registros judiciales con los apellidos ligados con el nexo copulativo “y” a nivel particular los catalanistas introducían “i”.

      El orden de los apellidos unidos por la “y” no es una tradición milenaria, remonta a la Ley de Registro Civil de 17 de junio de 1870 (artículo 48) que estableció, por primera vez, que todos los españoles serían inscritos con su nombre (un máximo de dos unidos por un guión) y por los apellidos de los padres (padre y madre) tanto como el de los abuelos paternos y maternos. Es decir cuatro apellidos que en las partidas se unían consecutivamente con la conjunción copulativa “y”. El Código Penal acabó simplificando la denominación al primer apellido paterno y al primer apellido materno, criterio que al final se impuso. Sómos el único país europeo que utiliza dos apellidos para subrayar la filiación de cada indivíduo.

      Esa práctica de la legislación decimonónica no se plasmó como una obligación legal hasta la redacción de la Ley de Registro Civil de 8 de junio de 1957, cuando el artículo 194. 2, indicaba que los dos apellidos, paterno y materno, debían ir unidos por la conjunción copulativa “y”.

      Esta es la razón por la cual todos los españoles (no sólo los catalantes) hemos podido comprobar al solicitar una partida de nacimiento en el registro civil, que nuestros apellidos aparecen unidos por tal nexo, aunque en la práctica común del español medio y del castellanoparlante en particular, es pasar olímpicamente de tales artificios legales que suenan a cursilería. El castellano es una lengua que tiende a simplificar.

      Todo ha variado con la legislación actual (creo que entra en vigor en 2015) a instancias de la que fuera Ministra Sra. Dª Margarita Mariscal de Gante (con ese apellido tan rimbombante suprimió la obligatoriedad de la «y» que era oficial entre apellidos), pero redactó un articulado sancionado por las Cortes que prácticamente otorga la libertad para que cada cual a grosso modo se ponga el apellido que quiera, como quiera y en el orden y el idioma que quiera. Algo así como el catalanitzador de cognoms oficializado, lo cual me parece un error porque es volver a época medieval y a la larga creará conflictos administrativos y judiciales.

      Un saludo afectuoso.

    • Noé, le agradezco que haya proporcionado la explicación que solicitaba, aclarando así los orígenes normativos del nexo copulativo “y” entre ambos apellidos, los usos no oficiales entre los castellanoparlantes y de donde surge la costumbre de incluir la “i” entre los apellidos en Cataluña. Aunque seguro que lo conoce, permítame que, dado que muchas personas no residentes en Cataluña siguen DC, mencione que muchísimas personas firmamos documentos administrativos y oficiales escritos en catalán sin incluir la “i”, por no decir los escritos informales. Para muchos, tan cursi nos parece ese uso en castellano como en catalán.

    • Buenos días Fendetestas:

      Es cierto que a nivel particular nadie utiliza en España el nexo copulativo «y» entre los apellidos como estipulaba el Código Civil decimonónico por criterios ortográficos. Naturalmente este uso ha sido limitado a los documentos de la Administración de Justicia y Registros Civiles.

      Legalmente cualquier ciudadano podría naturalmente incluir el «y» entre sus apellidos porque así lo recogía la legislación común a toda España, como explico en el párrafo anterior. Pero la tradición lingüística tiende a simplificar cualquier apellido o nexo en la filiación, a no ser que se quiera significar un rasgo aristocrático o alguna distinción (ni eso porque la aristocracia española suele abreviar los apellidos a nivel particular como por ejemplo «Cayetana Alba»). Por eso a nivel general su uso resulta cursi.

      Sin embargo hasta hace bien poco cualquier ciudadano español podía comprobar que sus apellidos figuraban oficialmente unidos con el nexo copulativo «y» pidiendo una simple partida de nacimiento en el registro (incluso con la oficialidad del catalán podía expedirse «i»). No sé si ahora se mantiene este criterio, pues como digo la obligatoriedad de la «y» o la «i» entre apellidos ha sido eliminada del Código Civil.

      Sin embargo desde un punto de vista «catalanista» la cuestión surge con su matiz identitario a fines del siglo XIX al reivindicarse de forma particular la «i» como nexo copulativo propio en lugar de «y» como se establecía de forma exclusiva en la Ley, que lógicamente había sido redactada en castellano para toda España. En realidad podría entenderse como una reivindicación lingüística de los primeros momentos del catalanismo.

      Por esta trivial cuestión, en principio catalanista, el ciudadano corriente de dentro y fuera de Cataluña, ha creído que esto de poner «i» era un rasgo exclusivamente catalán y que era una tradición inmemorial de Cataluña o de los mal denominados «els Països catalans». En realidad es una cuestión trivial que ha sido magnificada por un siglo de nacionalismo y afianzada por el uso social catalanista, pero la cuestión no da más de sí. Es intrínsecamente irrelevante aunque se ha erigido en rasgo identitario.

      Un saludo

  9. Los apellidos no te los da España, te los da tu familia, solo una persona muy acomplejada puede haber inventado lo del catalanizador de apellidos, y también muy infantil como para creerse que por catalanizar tus apellidos ya eres catalán de origen.¿ Os imagináis que esto lo hicieran en Estados-Unidos o en Alemania? solo me lo puedo imaginar que lo hiciera un partido de extrema derecha. El único ejemplo que conozco de gente que se cambiaba el apellido fue precisamente durante el nazismo, en el que los judíos se cambiaban el apellido para salvar sus vidas haciéndose pasar por no-judíos.

    • Sería como si Schwarzenegger se cambiara su apellido austriaco para parecer «más americano»… y eso que fue Gobernador de California… Terminator NO SE VENDE.

      aún el nombre tiene un pase, pero cambiarte el apellido es de acomplejados y escupir a tu propia familia… es no tener honor.

      El apellido de tu familia, abuelos, y raíces, se debe llevar con orgullo por amor y respeto a tu familia y por ser leal a tus orígenes.

      Lo mismo pensaría si uno con apellido catalán se lo cambiara a castellano… sería el mismo acomplejado…

  10. Para la Xavierización de los Javieres, ese artilugio catalanizador va a toda máquina!! Hasta mis primos hermanos de toda la vida «Javier» o «Javi» se cambiaron al ultra vulgar Xavier. ¿Pensarán que son más inteligentes o con clase, llamándose Xavier y no Javier?

    Viva Xavier Cugat(un tío genial) y a la porra con Xavier Hernández(separatista de última hornada).

    Yo en honor a mis padres, no me cambio ni mi nombre y apellidos en la vida… me bautizaron así y así me quedo. Hay que tener poca personalidad y un gran complejo de inferioridad para cambiarse el nombre o apellidos y renegar de los que te pusieron tus padres.

    Lo normal es poner el nombre a tus hijos de forma indistinta en castellano o catalán, pero no por nacionalismo, sino porque te guste el nombre.

    Para reír un poco os dejo esta canción de los años 80 de los Toreros Muertos: «Yo no me llamo Javier». Se la dedico a Xavier Hernández(no desprecies a tus abuelos y raices, ni muerdas la mano que te da de comer: Tu país España).

    [youtube http://www.youtube.com/watch?v=yznk4m5UQsc&w=420&h=315%5D

    • Qué grande… Deja ya de j**, yo no me llamo Xavier.

    • Hola:
      Sobre Javier/Xavier.
      En castellano, es tan correcto Javier como Xavier.
      El problema nace cuando los lumbreras nazionalistas se apropian de lo que no es suyo.
      Hasta el siglo XVII, muchas de las palabras que en castellano moderno contienen la letra «j» tenían en su lugar la letra «x», pronunciada /ʃ/ (como la «sh» inglesa, la «x» vasca o la «ch» francesa): así, el Quijote apareció originalmente publicado como Don Quixote y se pronunciaba ‘Don Quishote’. Sin embargo, durante ese siglo el sonido evolucionó hacia el de la jota actual /x/, y tras las reformas ortográficas del siglo XVIII se cambió la grafía de la «x» por la de «j». Se han mantenido algunas excepciones, como México, Texas o Axarquía y sus derivados, que se pronuncian como si tuviesen una «j» y que pueden también escribirse como Méjico, Tejas o Ajarquía.

      La pronunciación de la jota varía desde la vibrante (/x/) a la simple aspiración (/h/), producidas por la diferente intensidad con que se articula en diversos países y regiones.5 Existen ciertos casos excepcionales en que un extranjerismo recientemente incorporado o un nombre propio procedente de otra lengua conserva una pronunciación cercana a la original, como jazz o Jennifer. El sonido de la ‘J’ es el mismo que tiene la ‘G’ cuando antecede a las vocales «e» e «i»; así, «injerir» tiene el mismo sonido que «ingerir»: /iŋxe’ɾir/.
      Sabino y Pompeu se adjudicaron como propios el uso antiguo de Javier.

    • Gracias César por tu interesante aclaración.

    • Cuánta razón tienes, Justo.
      Recuerdo, allá por los primeros años 90, que un profesor del colegio al que fuimos todas mis hermanas y yo, que era natural de algún lugar de Andalucía, se vio obligado a coger una excedencia para estudiar catalán y así poder seguir ejerciendo la docencia.
      A su regreso, había asumido hasta las trancas el catalanismo aprendido, y a una niña llamada Nieves la llamaba Neus. Menudo mosqueo pillaba la pobre.

  11. Lo que no se le ocurra a una mente enfermiza como la de los catanazis no se le ocurre ni al mismísimo diablo. Vaya gentuza canalla que anida dentro del separatismo catalán.

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